… De las que no
aparecen en los periódicos, ni en la radio ni la televisión: Me comentan que
una empresa multinacional sumida en el oscuro mundo de un ERE, ha suprimido la
asistencia al médico, sea de familia o especialista, se insta a los empleados a
que demoren catarros, dolores de cabeza, o infartos varios hasta que se queden
de patitas en la calle o tengan un intermedio “ERÉTICO”, valga el hereje palabro.
No me dicen el nombre de la empresa porque últimamente en el mundo laboral se
manejan mucho los silencios, el miedo, la sospecha y la traición, pero a lo
largo de la conversación, y con mucho cuidadito, sonsaco que la empresa se
dedica al sector del automóvil.
También tengo
noticias de que las pausas laborales estipuladas por convenio, cinco minutos
cada hora como descanso de pantalla (ordenador) y quince para tomar un café, o
respirar, o desbeber. En los últimos años el tiempo ha ido disminuyendo hasta
convertirse en el increíble descanso menguante digno de una película de la
Hamer. Pero la forma de hacerle el salto de la rana al convenio no ha sido tan
tosca como la que contaba en la primera entrada de este blog, no, son mucho más
sutiles, han hecho un gazpacho con los cinco minutos por hora y los quince del
café, los han juntado y te dan a elegir, o te coges los cinco minutos a la
hora, cuando te toquen, y si no pueden dejar el trabajo en ese momento ¡ah se
siente! o te quedas con los 15 minutos del café. No me digáis que no son unos
genios capaces de reinventar las matemáticas. Estas reducciones vienen produciéndose
hace un par de años, y sé quienes son, conozco más de una empresa que lo hace,
pero no lo voy a decir, sí, es miedo, sí, soy una cobarde, pero estoy jugándome
la (próxima) vejez, entre triste o miserable, y sí, escojo triste. Prácticamente
ya tienen lo que querían: trabajadores ameba.
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