Para
buscar trabajo en la actualidad hay que entrenarse a fondo. Como si fueras a
correr una maratón por la ribera del amazonas con las manos atadas a la espalda
y un puñado de garrapatas enraizadas en las corvas chupándote cuarto de litro
de sangre en cada zancada. Para empezar, creo que es mi deber notificar a quien
pueda interesar que el 99,99 % de las promesas de una oferta laboral en
internet es… mentira podrida.
Ejemplos
verdaderos… por estas
Jornada laboral
completa:
Sólo dos de las veinte empresas que la ofrecían eran ciertas, alguna rizó el
rizo y de 40 horas pasaron a 25 que posteriormente quedaron en 24,50.
Sueldo: Algunas, en el colmo
de la indefinición, ofertan entre 0 y 9999 € anuales, otros, más concretos, tras
los dos puntos de: se ofrece, en un
ataque de sinceridad, seguramente freudiano dejan un espacio alarmantemente
vacío. Pero lo más común es que figure un sueldo que será de 10000 € - 14999 € Brutos
anuales, éste último salario en concreto fue reduciéndose a lo
largo de una charla cual increíble hombre menguante hasta bajar a los 525 € mensuales y brutos, por 25 horas
semanales, una anotación al dorso: el abono transporte para acudir a semejante
bicoca puede costar hasta 80€ así que hagan ustedes la cuenta, que los parados ya
padecemos bastantes crisis nerviosas. Cuando pregunté el motivo de semejante tocata
y fuga del convenio el entrevistador dio tantas vueltas para explicarlo que
marchó con las garrapatas de las corvas anteriormente mencionadas y todavía lo
están buscando.
Formación. De
todas las trolas que se cuentan en una oferta laboral este apartado bate todos
los records de cinismo. Un porcentaje altísimo de los anuncios indican que la
formación será a cargo de la empresa mentira. Ni una sola de las entrevistas
respondía a esa expectativa. Lo habitual es que la formación sea de tres días a
jornada completa, aunque el trabajo sea de media jornada, selectiva y no remunerada. Tendrán que pasar años para que se me
pase la inquina que les he cogido a esas cuatro palabritas. Diré que en una de
esas entrevistas, colectivas, se nos
indicó que con objeto de ahorrarnos dinero nos ofrecían el office, el bocata,
la litrona y el pañuelo con cuatro nudos lo poníamos nosotros. Por si alguno de
esos caritativos empresarios lee esto: el gasto ya lo hacemos, en tiempo y
dinero, al desplazarnos a la formación. ¡Ay! Agujeros tengo en la lengua de
tanto morderla.
Aclaración.
Las entrevistas son ahora colectivas porque pueden seleccionar más
de cien personas, de las que treinta harán la formación, quince se incorporarán al trabajo, de los que tras el
período de prueba quedarán dos. Es digna de estudio la afición que le han
cogido los empresarios actuales a preparar a todos los trabajadores de España
cuando saben que la maratón obrero-selectiva se verá reducida a un porcentaje
mínimo de incorporaciones reales… ¡Ah! ¡Qué tonta! Si es que ellos sí cobran esos cursos…